Reserva de la Biosfera de Monfragüe
PLAN DE ACCIÓN DE LA RESERVA DE LA BIOSFERA RESEÑA HISTÓRICA El 11 de marzo de 2003 el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura acuerda proponer ante la Unesco la designación de Monfragüe como Reserva de la Biosfera, obteniéndose su declaración en julio de ese mismo año. La rapidez de este proceso hay que entenderla por los altísimos valores del área propuesta y por el conocimiento de los mismos y grado de gestión y de actuación en el ámbito internacional que se tiene sobre el Parque Nacional de Monfragüe y su entorno. Un espacio natural protegido que está integrado en su totalidad en dicha Reserva y que constituye una parte fundamental de su núcleo. La celebración en Cáceres del 1 Encuentro de la Red Civil de la Unesco en España e Iberoamérica (5 de junio, 2003), presidido por S. A. R. la Infanta Cristina de Borbón, es un hecho relevante para 'a presentación pública de su candidatura, que termina siendo aprobada por el Comité Internacional que se lo comunica a la Delegación Española ante Unesco el 9 de septiembre de 2003. Definitivamente en noviembre de 2003 se entrega al Consejero de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura la acreditación de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. DESCRIPCIÓN La Reserva de la Biosfera Monfragüe ocupa una superficie de 116.160 Has., siendo por tanto, la sexta en superficie de las existentes en España. A vista de pájaro, estaríamos ante un mar de encinas y alcornoques con unos cursos fluviales en el centro, bordeados por una cadena de sierras con laderas de solana, de vegetación pobre y, laderas de umbría con exuberante matorral mediterráneo. El área central constituye la zona núcleo de la Reserva con una superficie de 12.830 Has., toda ella en el interior del Parque Nacional de Monfragüe, coincidiendo con la desembocadura del Río Tiétar sobre el Tajo. A ambos lados de estas venas fluviales que junto a las dehesas, generan la vida en este espacio natural, se suceden una serie de pequeñas montañas que no sobrepasan los 800 metros de altitud y en las que desde tiempo ancestral el único aprovechamiento fue el corcho y la caza mayor como principal actividad económica; lo que dio lugar a la existencia de amplias manchas de matorral mediterráneo por las que, prácticamente, el hombre no transitaba, salvo una vez cada diez años para la saca de corcho y una vez más al año en la actividad venatoria, por cierto, bastante restringida en esa maraña impenetrable por no ser la más adecuada para el desarrollo de estos herbívoros. Esta orografía abrupta y la fragosidad de la vegetación propiciaron que el hombre desistiera de su transformación, para desarrollar su actividad agrosilvopastoril en las extensas dehesas que constituyen la zona de transición de la Reserva. Las dos circunstancias citadas: maraña de vegetación impenetrable de más de 12.000 Has., y las extensas dehesas que le rodean, hacen de este paraje el principal refugio de la fauna mediterránea, conocido como tal a nivel mundial. La zona tampón ocupa una superficie de 15.360 Has., abarcando también parte del actual Parque Nacional y parte del área de influjo socioeconómico del mismo. Esta zona coincide con las solanas del sur, cubiertas de vegetación xerófila, matorral pobre y arbolado disperso de encinas y acebuches en las sierras, y encinares adehesados en los llanos. Por el norte, encontramos umbrías de vegetación puramente mediterránea y áreas en las que se ha puesto un riego racional en el que el equilibrio entre Hombre y Biosfera ha enriquecido la existencia de especies faunísticas y de flora autóctona para la zona. La zona de transición abarca una superficie total de 87.970 Has., englobando parte de área de influjo socioeconómico del Parque Nacional y parte de otros términos municipales. En las dos últimas zonas se manifiesta, como en pocos lugares, la armonía entre el Hombre y su medio; aquí la especie humana supo construir el más rico de los ecosistemas conocidos: la dehesa. Quizás no exista otro tan biodiverso en la Península Ibérica, pues en él, las cadenas tróficas son más completas, la vida bulle en primavera como en pocos lugares; para el visitante de la dehesa, en esta época resulta difícil de olvidar la chillería de pajarillos, el zumbido de las aves rapaces o el ruido de la huída de ciervos y jabalíes. En el interior de la Reserva de la Biosfera Monfragüe encontramos tres municipios y una pedanía, los tres municipios se encuentran en zona de transición y se conocen con los nombres de Serradilla, Torrejón el Rubio y Serrejón, con una población total de 3079 habitantes; la pedanía se denomina Villarreal de San Carlos, centro neurálgico de la gestión del Parque Nacional de Monfragüe y cuenta con unos pocos vecinos. El área de influjo socioeconómico del Parque Nacional afecta a la totalidad de los siete términos municipales que aportan parte de su superficie al mismo, ocupando un total de 136. 632 Has., de las que un buen porcentaje forman parte de la Reserva de la Biosfera., entre estos municipios están los tres ya citados y Malpartida de Plasencia, Jaraicejo, Casas de Miravete y Toril. Además de estos siete municipios, la Reserva de la Biosfera Monfragüe ocupa una pequeña parte de otros siete términos municipales que son Casas de Millán, Mirabel, Deleitosa, Romangordo, Higuera de Albalat, Saucedilla y Casatejada. Por tanto, las 116.160 Has., afectan a catorce términos municipales y una pedanía y a un total de 12.452 habitantes. La totalidad de la Reserva de la Biosfera Monfragüe coincide con una Zona de Especial Protección para la Aves conocida como la ZEPA Monfragüe y Dehesas del Entorno lo que significa que estamos ante un área con una rica fauna ornítica, determinada por una estructura de la vegetación favorable a la existencia de aves. Como se indicaba al principio, sobre las 116.160 Has., se aprecia un área central de frondosas umbrías a uno y otro lado de los ríos Tajo y Tiétar ocupando una superficie aproximada de 16.000 Has., sobre las que se encuentran manchas salvajes que suponen la mejor representación posible del monte mediterráneo; en las solanas de estas zonas crecen especies arbóreas como la encina, el acebuche o el alcornoques los cuales sobresalen entre un matorral ralo a base de jara pringosa, brezos, retamas, torviscos y otras especies propias de la España seca. Donde se manifiesta verdaderamente el monte mediterráneo es en las umbrías de las sierras que bordean los cursos fluviales citados, formando extensas manchas continuas, en las que domina el alcornoque, el quejigo, el arce de Montpellier, los fresnos y los alisos, como especies arbóreas más frecuentes, desarrollándose sobre un intrincado sotobosque que aún conserva algunos vestigios de una verdadera laurisilva mediterránea milenaria, compuesto por madroñeras, durillos, lentiscos, cornicabras, brezos, labiérnagos etc., que hacen de este paraje una selva impenetrable que da cobijo a muchas especies de mamíferos y, especialmente, sirve de soporte a los nidos de las grandes aves de presa. Alrededor de este refugio central en el que el hombre hoy no trasiega, salvo una vez cada diez años para efectuar la saca de corcho, se extienden las 100.000 Has., restantes sobre las que domina principalmente la dehesa como estructura vegetal; al sur, extensos encinares dispersos, con ricos pastos que soportan una ganadería extensiva fundamental para la supervivencia de una fauna excepcional y al norte, las más exuberantes dehesas mixtas de encinas y alcornoques vigorosos que delatan la existencia de un clima bastante más fresco. La existencia de estas dos áreas claramente diferenciadas: un monte mediterráneo cerrado y amplias dehesas que le rodean, propicia la existencia de una biodiversidad con un interés científico y cultural especial; las diferentes especies de fauna necesitan de un lugar para descansar y reproducirse con absoluta tranquilidad y de amplias zonas, con una actividad humana sostenible que constituyen la despensa de esta fauna extraordinaria. El área de Monfragüe es conocida a nivel mundial por la altas densidades de grandes aves, especialmente las rapaces, como pueden ser el buitre negro que alcanza aquí la mayor densidad que se conoce con más de 280 parejas reproductoras en una extensa colonia que coincide prácticamente con la zona núcleo de la Reserva. Estas grandes aves de casi tres metros de envergadura ubican sus enormes nidos sobre la copa de grandes alcornoques, quejigos y a veces sobre acebuches e incluso alguna gran madroñera, siempre en lo más recóndito del monte, pero necesitan salir a la dehesa a buscar su alimento entre esa ganadería extensiva que cubre todos los alrededores de Monfragüe. También en el interior de la Reserva de la Biosfera se encuentra la máxima densidad conocida para una especie catalogada en peligro de extinción como es el águila imperial ibérica: en un área de 25.500 Has., existen 12 nidos de esta singular especie que a pesar de la escasez de conejos, sobrevive en esta zona, observándose un incremento significativo desde 1992 pues la población ha pasado de 8 a 12 parejas al día de hoy. Otra especie también en peligro de extinción es la cigüeña negra, con unas 30 parejas reproductoras en el área; es uno de los atractivos principales de la Reserva de la Biosfera, ya que se trata de una especie esquiva que rara vez se reproduce a la vista del hombre y, en este paraje, al otro lado de los embalses existentes, ubica cada año, 7-8 nidos que pueden ser observados desde el mismísimo interior del vehículo en el que viajamos; produciéndose un hecho singular en el mirador del Salto del Gitano donde han llegado a reproducirse hasta tres parejas en el mismo año, a escasos metros de distancia entre sí, circunstancia extraña en una especie bastante territorial que no suele tolerar la presencia de parejas cercanas de su misma especie. Por la enorme densidad alcanzada hemos de mencionar al buitre leonado con más de 500 parejas reproductoras cada año, convirtiéndose en un problema para la cigüeña negra al ocupar sus plataformas y crear dificultades en la reproducción de esta especie. También ocupa algunos nidos de buitre negro, confirmando la excepción de que el buitre leonado siempre se reproduce sobre rocas; cada año 10-12 parejas de leonados ocupan viejas plataformas de buitres negros en grandes alcornoques de Monfragüe. Otras especies de interés son el águila perdicera, con 5-6 parejas reproductoras cada año, el águila real con otras 5-6, el alimoche con unas 30-35 parejas anuales, el búho real con 12-15 parejas reproductoras, el águila culebrera con unas 25-30 parejas, hábilmente distribuidas por las dehesas, etc. etc. Del mundo de las aves no debemos olvidar la existencia de gran cantidad de especies de paseriformes y otras pequeñas aves que habitan en la dehesa y que sirven de alimento a las grandes rapaces como pueden ser las currucas, los herrerillos, alcaudones, chotacabras, abubillas, oropéndolas, etc. También hay que destacar la presencia de las aves acuáticas que invernan en los remansos de los embalses como pueden ser los ánades reales, porrones, cormoranes, garzas, etc. Si bien, el grupo de las aves es el más conocido en Monfragüe, no debemos dejar a un lado el de los mamíferos que frecuentemente es fuente de alimentación para las grandes aves. De ellos hemos de destacar tres especies cinegéticas de gran interés para la economía de la zona como son el ciervo, el jabalí y el corzo, escaso hasta el día de hoy aunque presenta un ligero crecimiento. Especies cinegéticas propias de la caza menor como son el conejo y la liebre tienen un gran interés como piezas presa para los distintos depredadores de la Reserva. Dentro del grupo de los mamíferos no debemos olvidar la escasa y casi dudosa presencia del lince ibérico, el mamífero europeo en más grave peligro de extinción. El avistamiento seguro de un ejemplar en el año 1992, después en el 2001 y las distintas escuchas realizadas a finales del año pasado y principios del presente mantienen la esperanza y la certeza de la existencia de este bello felino en Monfragüe. Entre los vertebrados ibéricos, los dos grupos citados, aves y mamíferos, son los más atractivos para el visitante de la Reserva, pero hay que tener presente también la existen cia de un buen número de especies de reptiles, anfibios y peces; casi todas aquellas propias de estas latitudes. En esta descripción somera de los valores naturales de la Reserva de la Biosfera Monfragüe, hemos de mencionar también el hallazgo de unos 105 abrigos con pinturas rupestres, datadas de 5000 a 3000 años antes de Cristo, lo que refuerza más la teoría de que esta zona, precisamente por su quebrada orografía, siempre fue habitada por el hombre, especialmente cuando necesitaba estar cerca de unos animales de los que se alimentaba. Asimismo, merece especial mención la geología curiosa y descriptiva como pocas, que nos encontramos en este paraje, utilizada por las Universidades de España para impartir clases prácticas a los alumnos de esta disciplina. ANTECEDENTES El área de Monfragüe siempre despertó un atractivo especial para el Hombre; por su fragosidad orográfica y su estructura vegetal, fue ocupada por el hombre primitivo como ya se ha indicado, esta circunstancia atrajo al hombre medieval que construyó castillos en las crestas de las sierras, sobre vestigios romanos que después consolidarían los árabes, a los españoles de la mesta que abrieron zonas llanas de matorral para alimentar a sus rebaños, estructurando las actuales dehesas y, a los cazadores del pasado siglo y a los del presente que aprovecharon un recurso que se refugia en el monte cerrado y se alimenta en la dehesa. Esta relación sostenible y, sostenida en este caso, entre el Hombre y su Medio, nos ha regalado un área excepcional como la que se ha descrito anteriormente, en la que a mediados del siglo pasado, los primeros científicos preocupados por la conservación, iniciaban sus estudios y, en la década de los 70 comenzaban los trámites, entonces difíciles, para declarar 18.000 Has., de la actual Reserva como Parque Nacional, movidos sobre todo por la existencia de una fauna extraordinaria que se asentaba sobre una estructura vegetal en un estado de conservación envidiable. La riqueza excepcional en aves propició que el Parque Nacional fuera reconocido por la Unión Europea en 1991, como Zona Especial para la Protección de las Aves. Con la creciente sensibilización europea en este sentido, en el año 2003 se amplió dicha ZEPA hasta 116.160 Has., coincidiendo con la zona mejor conservada en la que se garantiza la supervivencia de gran cantidad de especies de aves y por ser el área en la que más se manifiesta la armonía entre el Hombre y la conservación del medio en que vive, el día 9 de julio de 2003, la UNESCO, por decisión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera, certificó que la Reserva de la Biosfera Monfragüe-España forma parte integrante de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, siendo inscrita como tal el 15 de septiembre del año 2003. PROYECTOS Y EXPERIENCIAS DESTACADAS Desde la declaración del Parque Natural de Monfragüe en 1979, la actividad humana en la zona, ha evolucionado muy acorde con los tiempos, al principio casi nada nuevo se apreciaba; a partir de 1985 las acciones a favor de la conservación comienzan a destacar en Monfragüe y de 1990 en adelante se inicia la consolidación del espacio natural y su puesta en valor como tal. De ser una zona olvidada, Monfragüe ha pasado a ser el tercer destino turístico de los visitantes de Extremadura, por esta Reserva de la Biosfera pasan actualmente más de 300.000 personas cada año, se han habilitado una serie de rutas para el uso y disfrute que demanda la sociedad, zonas de aparcamiento, miradores para disfrutar de la naturaleza, mejora significativa de las vías de comunicación de acceso al Parque, centros de atención al visitante como el de interpretación de la naturaleza, audiovisuales, documentación e investigación, etc. En definitiva, se ha creado un nuevo lugar de esparcimiento de esta sociedad que tanto lo añora y necesita en los tiempos que vivimos y se ha construido un pulmón verde que así queremos conservar en Extremadura para que también lo disfruten las generaciones venideras, porque en Monfragüe se pueden ver y observar con tranquilidad, las especies mas representativas de este espacio natural, es un parque mostrable, en el que sin producir molestias, se puede observar al buitre que alimenta a su pollo, la cigüeña negra incubando tranquilamente en su nido o el milano negro cuando vuela a escasos metros de los sorprendidos turistas. RETOS DE FUTURO Desde el año 1984 en que se producen las transferencias en conservación de la naturaleza desde la Administración Central a la Autonómica, Monfragüe siempre tuvo un tratamiento especial como no podía ser de otra manera. La Administración de entonces consideró como necesaria la unificación de todas las competencias en esta materia en una especie de unidad administrativa, dando lugar a que desde ese momento y hasta el día de hoy, el área de Monfragüe haya tenido una gestión forestal, cinegética y de conservación, llevada a cabo por un equipo de gente sensible a esta causa y con un criterio único en la administración de unas 150.000 Has. Entendemos que esta fórmula es fundamental para conseguir que la conservación de la naturaleza no se resquebraje por ninguna parte, el equipo de gestión del área de Monfragüe pensamos que la realidad nos da la razón y entendemos que nuestro sueño se va cumpliendo, aquí está el ejemplo, hoy convertidos en Reserva de la Biosfera y a las puertas de ser declarado Parque Nacional en 18.396 Has., que junto a una Zona Periférica de Protección coincidente con la superficie de la actual Reserva, nos permitiría garantizar la conservación de la naturaleza, de su gente, de su fauna y de su flora en ese estado de entendimiento y convivencia que siempre ha caracterizado a este área. Tenemos la esperanza puesta en esta futura declaración de Parque Nacional porque consideramos que puede contribuir de manera eficaz y práctica al mantenimiento de ese desarrollo sostenido tan sabiamente llevado a cabo por nuestros antepasados y que nuestra generación tiene más que obligación de entregarla aún mejorada a los que nos sucedan en esta difícil, pero a la vez enriquecedora y satisfactoria tarea, de conservar nuestro entorno, ya que en ello nos va nuestra propia existencia sobre el Planeta. El Director del Parque Nacional de Monfragüe Fdo.- Ángel Rodríguez Martín CONSEJOS PARA SENDERISTAS [Descarga en PDF]
(Extractos del libro "Reserva de la Biosfera de Monfragüe" de Eduardo Alvarado Corrales © Editorial Everest S.A.) El senderismo es una actividad en auge en nuestro país, y son muchísimas las personas que lo practican. Debido a esta pequeña masificación conviene seguir una serie de normas para que nuestra estancia en la montaña sea lo más agradable posible y para que futuros excursionistas también puedan disfrutarla. He aquí algunos consejos a tener en cuenta: • Aunque no esté expresamente prohibido, no lo hagas. No cruces campos de cultivo y, si tienes que abrir vallas, ciérralas de nuevo. • Conduce sólo por las carreteras. Si nos salimos de ellas lo único que conseguiremos es erosionar irreversiblemente el entorno. • Avisa a dónde te diriges. Di siempre a un familiar o a un conocido cuáles son tus planes, porque así, en caso de accidente o cualquier otro imprevisto, tu rescate o localización será más sencilla. • No hagas ruido. Generalmente se acude a la montaña en busca de paz, tranquilidad y sosiego, por lo que tus ruidos (radios, etc.) pueden molestar a los demás excursionistas. • No arranques nada. Mucha gente tiene la costumbre de arrancar flores, ramas o incluso de pisar pequeños animales sin saber que todos ellos tienen su función en la naturaleza. Respétalos. • Cuida el agua. Cuando llegues a una fuente o un arroyo, intenta no ensuciarlo. Hay quien incluso utiliza detergentes para limpiar sus utensilios de cocina. El agua es la fuente de la vida y un bien muy preciado. • No hagas fuego. Estamos hartos de oír las catástrofes que ocurren todos los veranos debido a los incendios. Para la práctica del senderismo no es necesario realizar fuego excepto en algún caso muy justificado. • Valora tu nivel. No te pongas metas muy duras si no estás seguro de poder conseguirlas. Además, recuerda que en la montaña no hay nada fácil. • Deja la montaña como te la has encontrado. No dejes basuras ni otros restos, aunque pienses que son biodegradables. Lleva contigo una bolsa de plástico donde poder recogerlos. • Vigila tus animales de compañía. Si llevas contigo un perro o cualquier otro animal, lo debes tener siempre bajo control para que no moleste a otros excursionistas —a los que no les tiene por qué gustar— ni asuste o dañe a otros animales del entorno. En definitiva, el excursionismo es para disfrutar de la montaña y, respetando estas normas, si otro día volvemos a realizar esa misma excursión nos gustará encontrarnos todo como lo recordábamos. Déjalo como estaba y cuídalo como si fuese tuyo. EQUIPO Hoy en día la oferta de material y equipamiento para el senderista es tan amplia que, muchas veces, adquirir algo es un verdadero quebradero de cabeza. Ahora vamos a intentar simplificaros las cosas a la hora de ir a comprar vuestro equipo. Lo primero que tenéis que tener en cuenta es que si sólo vamos a practicar un senderismo sencillo, es decir, si no vamos a realizar grandes ascensiones o a exponernos a enormes temporales de viento y frío, no vamos a necesitar ropa muy técnica ni de mucha calidad, por lo que el precio es uno de los elementos fundamentales a tener en cuenta a la hora de elegir. A continuación os damos un listado de! equipo básico que debéis llevar en vuestras salidas: Pantalón: Ha de ser cómodo y amplio para tener una total libertad de movimientos y, al mismo tiempo, confeccionado en un tejido resistente para que no se rompa al menor roce con una piedra o un zarzal. Botas: Son una de las partes más importantes de nuestra equipación. Lo mejor es comprar unas tipo trekking, es decir, flexibles, ligeras y con una suela labrada. No hay que caer en el error de utilizar zapatillas de deporte (aunque es muy habitual verlo) si nos vamos a mover por senderos de montaña, ya que es muy fácil resbalar con ellas. Además, nuestros tobillos no están protegidos como las botas. Camiseta térmica o camisa: Dependiendo de la temperatura y del esfuerzo que vayamos a realizar utilizaremos una cosa u otra. Forro polar o jersey: Un buff también viene muy bien. Si lo llevamos en el cuello nos librará del frío en invierno y de las típicas quemaduras del sol en el cogote durante el verano. Gorro: Fundamental para proteger nuestras cabezas del sol. Chubasquero: para defendernos del viento y de los cambios bruscos de tiempo. Es conveniente llevarlo siempre. Gafas de sol. Bastón o bastones: Viene bien para prevenir lesiones de rodillas. En invierno: Si vamos a practicar el senderismo durante el invierno habrá que tener en cuenta algunos cambios en nuestro equipo, ya que nos vamos a enfrentar a unas condiciones climatológicas bastante más duras. Por ejemplo, las botas deberán ser mucho más resistentes y robustas que las anteriores para que, si fuese necesario, podamos andar por nieve y nuestros pies no se mojen ni pasen frío. La ropa interior tendrá que ser térmica, ya que deja transpirar. El gorro ahora será de lana y nos podremos cubrir las orejas con él, algo que se agradece mucho cuando el viento pega fuerte. El último elemento fundamental en una salida invernal son los guantes o manoplas y polainas cuando haya nieve MATERIAL Ahora que ya hemos visto toda la vestimenta que debemos llevar en una salida, sólo nos queda por ver qué material nos debe acompañar en toda excursión. Para transportarlo, en una salida de un solo día, con una mochila de 25 o 30 litros tenemos más que de sobra. En ella llevaremos. Una cantimplora: Las de litro y litro y medio son más que suficientes para salidas de no más de cuatro horas. De todos modos, antes de partir es mejor informarse de si podremos aprovisionarnos de agua durante el camino. Un silbato: En caso de niebla o de que nos perdamos nos será muy útil para que nos localicen. Crema solar: Importantísima para evitar las dolorosas quemaduras del sol. Protector labíal. Mapa y brújula. Papel higiénico. Navaja multiusos: Estas prácticas navajas nos pueden sacar de más de un apuro. Bolsas de basura: Como hemos comentado en el apartado de normas, nunca dejes restos de ningún tipo en la montaña, aunque creas que son biodegradables. Llévatelos en una bolsa y los depositas cuando regreses en una zona preparada para ello. Botiquín: Un pequeño botiquín con el material más básico nos puede evitar males mayores en caso de sufrir algún percance. Aunque no hay costumbre de incluirlo en la lista de material para las salidas, nunca debe faltar en nuestra mochila. No se trata de llevar todo un hospital a nuestras espaldas, sino de tener lo más básico para esos pequeños incidentes que podemos sufrir en nuestras salidas, como torceduras, cortes con alambradas o zarzales, picaduras, etc. El botiquín de un excursionista debería ir provisto de: —Tijeras o cutter —Esparadrapo —Pinzas (como las de depilar) —Goma para torniquetes —1 venda normal —1 venda elástica —Gasas estériles —Analgésicos (aspirina, etc.) —Puntos de sutura adhesivos —Antinflamatorio —Antiséptico (Betadine) —Vaselina —Pastillas potabilizadoras Si la excursión va a durar más de un día se pueden añadir otros medicamentos como antidiarreicos, antihistamínicos, etc., pero siempre hemos de tener en cuenta que deben ser medicamentos que conozcamos y sepamos utilizar. Efectos personales: Llevar por si acaso dinero, el DNI u otro documento que nos identifique, cámara de fotos, papel y bolígrafo, etc. |